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Un catecúmeno es un católico que aún no es un miembro activo de la iglesia. La Iglesia Católica los reconoce como tales al observar varios procedimientos que los hacen elegibles para participar en los rituales de la iglesia. Primero, se supone que los catecúmenos tienen un patrocinador primario, o alguien importante en sus vidas. Este puede ser un amigo cercano, compañero de trabajo, cónyuge o incluso un miembro de la familia. Otra consideración importante es si el patrocinador es un católico practicante. Si el patrocinador es católico en ejercicio, debe asistir a reuniones y participar en los diversos rituales y masas.

Un catecúmeno puede haber sido bautizado en otra iglesia o comunidad eclesiástica. Esta iniciación varía de una comunidad a otra, pero la preparación para el bautismo depende de la vida cristiana anterior de las personas y catequizó la adherencia a la Iglesia. Sin esta instrucción, una persona no puede participar en ritos bautismales.

Durante este proceso, se alienta al Catecumen a buscar una relación con Jesucristo, y luego decidir si se siente atraído por la Iglesia Católica. Esto se conoce como el período de evangelización. Muchas personas pueden descubrir la Iglesia Católica a través de experiencias de fe personal, y si encuentran una conexión fuerte, pueden optar por convertirse en un catecúmeno.

Aparece un nombre de catecúmenos en el libro de los elegidos. El pastor reconoce sus nombres al firmarlos en la parte inferior de la página. Esta práctica, sin embargo, no era común en la iglesia primitiva. Se convirtió en una costumbre después de que los libros de los elegidos comenzaron a ser producidos en masa. En la era moderna, los editores litúrgicos agregaron una línea para el nombre de los obispos a cada página.